Suecia cuenta con un extensivo programa de atención infantil que garantiza guarderías públicas para todos los niños entre 2 y 6 años de edad. La asistencia escolar es obligatoria hasta los 16 años, cursando entre los 7 y 16 años, la escuela primaria.
Tras acabar el noveno grado, aproximadamente el 90% continúan con los estudios de secundaria que les dan posibilidad de acceso a la Universidad.
En Suecia existe un extensivo sistema de bienestar social, implantado durante el siglo XX por los socialdemócratas, que asegura una total protección de la Seguridad Social, el cual provee una amplia cantidad de guarderías de preescolar, subsidios económicos por maternidad o paternidad, atención sanitaria gratuita, un sistema de pensiones de jubilación y subsidios por enfermedad.
Los padres cuentan con un total de 480 días de salario no trabajado entre el nacimiento y los 8 años de edad de los hijos, con al menos 30 días mínimos reservados para cada cónyuge. Un problema creciente con el que se enfrenta la administración estatal es el elevado número de ausencias laborales injustificadas que esta situación ha generado.
El Estado de Bienestar que fue implementado en forma gradual después de la segunda guerra mundial, aunque tuvo un freno importante por la crisis mundial de la década de los 70.
En 1970 el PBI per cápita de Suecia era el cuarto más alto del mundo, hoy en día ha descendido al puesto 16, aunque todos los que viven en Suecia han podido mantener gran parte del nivel de bienestar gracias a un importante esfuerzo impositivo.
En el campo laboral sus índices de desempleo se han mantenido en la actual década por debajo del 6%, siendo muy importante en este éxito los programas gubernamentales.
El modelo sueco ha servido para repartir exitosamente la riqueza generada en Suecia. Sin embargo, la crisis económica que golpea actualmente a Europa y EE.UU. no está impactando a Suecia en la misma medida, entre otras cosas por su modelo basado en la empresa pública y su mantenimiento de un sistema económico independiente.
El actual gobierno, coalición de partidos conservadores (liderada por Moderaterna, el principal partido conservador del país) ha empezado a privatizar un importante número de empresas estatales -sostén de la sociedad del bienestar-, siguiendo los cánones económicos tradicionales de la Europa continental, lo que hace peligrar el modelo sueco para los años venideros.