En Suecia, la Semana Santa se vive y experimenta casi igual a como es el día de Halloween en América del Norte (y desde hace algunos años también en América del Sur); porque los niños salen de sus casas disfrazados de vampiros y brujas por las noches, con la misión de recoger el máximo de dulces o dinero de cada puerta que toquen.
Se supone que en el oeste de Suecia, se realizó una quema de brujas que las espantaría del lugar para siempre. Entonces, la costumbre es encender numerosas hogueras y gritar para espantar a las brujas.
Durante los días de Cuaresma, los niños reciben de regalo muchos huevos de chocolate para comer, aunque algunos deben ir a sacarlos de niditos de aves que se han dejado ocultos en algún rincón secreto de la casa. Hay un juego de niños que consiste en tirarse los huevos unos a otros, mientras los adultos celebran con bailes, juegos o comiendo huevos.
El huevo de pascua tiene una larga historia, ya que en las tumbas ubicadas en Gotland se encontraron huevos de color arcilla, que fueron pintados después de color rojo y amarillo en representación de la puesta y la salida de sol.
Como una manera de recordar el sufrimiento de Jesús, los jóvenes tiran ramas de abedul en la mañana del Viernes Santo. Las ramas de abedul de plata van decoradas con plumas de colores vivos, iniciando así la Cuaresma y la Semana Santa.
Para la Semana Santa, se consume mucho un bollo de pan dulce, que es rellenado con mazapán, y nata montada. Si no son estos dulces, se come cordero tal como si se tratase de una cena navideña.
Foto: Flickr