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Los suecos tienen una tradición navideña que a los habitantes de otros países nos puede parecer algo extraña, pero para ellos no es más que una tradición que añade un poco de suspenso a la fecha. Por otra parte, la Navidad es una oportunidad para tomar alguna de las ofertas de esquí online.

Todos los años, los suecos erigen una cabra de paja gigante en la ciudad de Gävle, y cada año, los incendiarios intentan quemarla. El trabajo de tratar de incendiarla es muy satisfactorio para los ciudadanos suecos, que desde 1966, hacen la misma gracia, aunque en ese año la primera cabra que llegó, no llegó para ser quemada, sino para atraer gente a hacer compras, y como a un pirómano se le ocurrió encenderla en Vísperas del Año Nuevo, desde entonces la cabra no para ser quemada.

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Otros métodos que han utilizado los pirómanos, para quemar la cabra, han sido inyectarla con líquidos inflamables, intentar atropellarla con un coche, e incluso, se ha sabido que han planeado secuestrarla con un helicóptero. Según la tradición, los que llegan a quemar la cabra, son detenidos por la policía, pero al final, por lo que se ha sabido, nunca les cobran las multas impuestas, y esta es la parte entretenida del asunto, porque hay que jugar un poco a las escondidas para que no te pillen quemando a la cabra, ser un poco delincuente.

La emoción de ver cómo se quema la cabra, es inigualable en este lugar, donde todas las familias se reúnen a mirar cómo la cabra se va desintegrando lentamente, hasta desaparecer.

Aunque nos parezca extraño, yo creo que es muy parecida a tradición que tenemos nosotros de quemar un espantapájaros vestido con las ropas viejas, cada fin de año.

Foto/ Flickr (Misterbisson)

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