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Midsommar (noche de San Juan), es el festival más importante de Suecia, se celebra el último fin de semana de junio. Esta fiesta también data de tiempos vikingos, cuando era un rito de fertilidad que significaba asegurarse una buena cosecha en el otoño.

Ahora se cantan canciones tradicionales y la gente baila alrededor de un mayo decorado de una forma muy vistosa, levantado especialmente para el festival.

La costumbre de llevar trajes regionales tradicionales para la celebración ha ganado en popularidad en los últimos años. Debido a que el sol nunca se pone el 21 de junio en la parte más septentrional de Suecia, es conocido como ‘el día que nunca termina’.

El día de Todos los Santos es el 2 de noviembre. Una fiesta con encanto en Suecia es Lucía, 13 de diciembre. Ese día la hija mayor de cada familia se pone un vestido blanco, una faja roja y una corona de velas.

Se ha convertido en santa Lucía, una santa fascinante muy asociada con la luz y la vista.

Tradicionalmente, la niña vestida como Lucía, seguida por sus hermanos y hermanas (llamadas ‘doncellas’ y ‘niños estrellas’), que se visten con parecidas ropas mágicas blancas, sirven tarta y café a los miembros de la casa a primeras horas de la mañana del 13 de diciembre.

Hoy también se eligen Lucías en escuelas o en guarderías y suelen visitar hospitales, fábricas y oficinas, sirviendo café, ‘gatos de Lucía’ (bollos de azafrán) y pasteles de pan de jengibre. En Estocolmo se celebra un concurso para elegir a la ‘Lucía de Estocolmo’.

Con Lucía da comienzo la estación de Jul (Navidad), que alcanza su apogeo en la Nochebuena con un smörgåsbord y el intercambio de regalos. El Jultomten (Santa Claus sueco), según la tradición, es una especie de duende que vivía bajo la casa y dejaba en la puerta regalos para los hijos.

Hoy los niños esperan impacientes a que llame a la puerta en Nochebuena. Algunas familias mantienen la vieja tradición de ‘mojar en la olla’ —pedazos de pan mojados en el caldo de un jamón cocido—.

El árbol de Navidad, se pone en la casa un par de días antes de Nochebuena y no se retira hasta el día de San Knut el 13 de enero. En este día se celebra una fiesta para los niños y el árbol, cumplido su objetivo, se arroja por una ventana mientras los asistentes cantan una canción sobre el final de las navidades.

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