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Me pilló de sorpresa enterarme que en Suecia, las mujeres hasta hace poco, se afeitaban en las piscinas públicas como si nada. Lo primero que me pregunté fue dónde quedarían los pelos, y la respuesta es obvia, y uno dice cómo es posible. ¿Será que las ofertas de esquí pueden hacernos vivenciar el mismo problema?.

Los que se quejaron de la mala práctica, fueron los visitantes de las piscinas públicas, que vieron cómo se acumulaban los residuos de la depilación y ya dijo basta.

Los administradores de piscinas en Suecia, se pusieron de acuerdo, y pusieron carteles donde se explica que está prohibido afeitarse en público, y no sólo dentro de las piscinas, sino también en lugares donde puedan ser vistas por otras personas, como los camarines, causando molestia.

La gente que las veía, se sentía incómoda, así que ahora, las chicas tendrán que ir a las piscinas, afeitadas desde casa.
Por contraste, nadie se quejó de algo parecido con los hombres. O sea, este lío es de mujeres. Quizás el lío mayor se debió a que la depilación ya abarcaba partes mayores, y vaya a saber uno en qué posiciones se ponían para depilarse también, porque ver que alguien se depila una pierna no es chocante, pero sí lo es que va máquina vaya más arriba, y eso sin contar con que el tipo de pelo cambia.
En fin, cosas de las costumbres locales que sorprenden por lo asqueroso. Y uno que se cree que vive en el país más sucio y subdesarrollado del mundo. Nunca se sabe.

Vía /Thelocal

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